lunes, 7 de abril de 2014

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

Booket/Minotauro
2012 (original de 1968)
271 páginas
[y sí, le ponen Blade Runner al libro en esta edición para puro hacerlo más apetecible en el mercado]

Al fin me leí este famoso libraco. Librito más bien. No tenía idea, pero en realidad se trata de una novela corta, nouvelle que le llaman los siúticos. Obviamente me adentré en sus páginas con la película en la cabeza y, a pesar de que hay varias cuestiones que no aparecen en esta última, hay otras que sí y gracias al libro se me aclararon un poco. La acción está situada en 1992, años después de la guerra mundial terminus, que puso fin a casi toda la vida animal en el planeta tierra y tiene a gran parte de la humanidad apretando cachete a indecentes colonias espaciales, huyendo de la radiactividad. De hecho, los hombres deben usar una especie de calzoncillo-pantalón de hierro para proteger sus bolas y no quedar infértiles.

La narración nos invita a acompañar la vida de Rick Deckard, cazarrecompensas contratado por la policía de Los Ángeles para capturar a los androides cimarrones de las colonias espaciales, que escapan a la tierra en busca de su libertad. Porque los andys son esclavos en las colonias, servidumbre de la humanidad en su diáspora espacial. Precisamente, una propaganda que dan en la tele promoviendo la colonización dice: "¡Disfrute de la gloria en que vivían los estados sureños antes de la Guerra Civil! Ya sea como sirvientes o incansables peones, el robot humanoide se adapta a sus necesidades específicas, hecho a su medida y sólo a su medida, y se le entregará absolutamente gratis a su llegada, totalmente equipado, tal como se le detallará antes de que abandone la Tierra". Pero claro, también hay ovejas eléctricas, de hecho Deckard y su mujer tienen una. La posesión de animales reales es un gran signo de estatus social, entonces hartas personas adquieren animales eléctricos para guardar las apariencias.

Paralelamente, nos enteramos de la vida de J. R. Isidore, sujeto calificado como "especial", pues la radiactividad afectó su coeficiente intelectual, incapacitándolo para una vida social normal y funcional al sistema actual. Sin embargo, tiene trabajo en una tienda de animales eléctricos y vive en el único departamento habitado de un ruinoso edificio. Aunque todo es ruinoso en esta ciudad, el abandono es ley, y la basugre se apodera de los lugares olvidados. "La basugre son objetos inútiles, como el correo comercial o las cajas de cerillas cuando has prendido la última, los envoltorios de chicle o la prensa del día anterior. Cuando no hay nadie, la basugre se reproduce a sí misma", explica Isidore a Pris, la androide que se aloja en su edificio.

Las grandes diferencias entre la película (que todos hemos visto excepto Pájaro Verde, que vive en un mundo aparte) y la novela, son que en esta última hay dos elementos fundamentales que no se ven en la primera. Uno es el fanatismo religioso por Willbur Mercer, una especie de mesías del dolor y el aguante, con el cual puede vincularse quien posea una caja empática. Este dispositivo sirve tanto para conectarse grupalmente a Mercer, como para activar un ánimo en el usuario humano por el resto del día, onda: hoy voy a estar deprimido, marco el código 835 y la máquina me deja con ese ánimo hasta que me duerma. El segundo elemento es un líder de la cultura popular llamado el amigable Buster, que transmite por televisión y por radio un programa non-stop las 24 hrs. de lunes a domingo (por lo cual se sospecha es un androide). Este último elemento, si bien en la época de publicación original se cocinaba bien (era necesario, como ahora, hacer una crítica a los medios masivos y su intención de estupidizar a las masas), hoy en día la televisión y la radio han sido desplazadas por el omnipresente internec, del cual no se sospecha en la novela. Justamente, ese tipo de elementos aparecen con el cyberpunk, corriente de la cual formará parte la adaptación cinematográfica de esta novela, aunque más por la escenografía decadente y de desigualdad social que por el tema computacional-cibernético. Lo piola de la película es que fue el primer despliegue del cyberpunk en la pantalla grande, paralelo al de Neuromante en la literatura, el año 84.

Es buena la novela, aunque no le va bien resistiendo el paso del tiempo. Lo que sí, la discusión/distinción entre qué es natural y qué es artificial está muy bien trabajada, así como la horrible jerarquización social que deja a los humanos en la punta de la pirámide, seguido de los especiales y luego los andys. En ese último aspecto, el papel de Isidore es notable, pues los acepta sin problemas, ya que es un rechazado como ellos. También Luba Luft, la segunda androide "retirada" por Deckard, ofrece un cuestionamiento interesante, puesto que se estaba desempeñando como cantante de ópera en la tierra, poniendo en duda la ausencia de sensibilidad y empatía de los androides. Una lástima que en la película la hayan convertido en bailarina cabaretera nomás.

De todas formas, al igual como me ocurrió con Children of Men, creo que la película es mejor, pues se independiza de cuestiones del libro para crear una obra nueva y compleja. Además, la sugerencia final es exquisita y le da mucha fuerza a la duda sobre lo que diferencia a los humanos y a los androides.

¡oh-oh!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo más irónico de todo es que para dejar este mensaje, blogger me dice "Demuestra que no eres un robot" y me obliga esciribir unas palabras. Mal panorama para los robots

"Like tears in the rain..."

chamico dijo...

qué raro, estoy seguro de haber configurado los comentarios para que aquello no sucediese, acá no discriminamos a las inteligencias artificiales ni a los extraños anónimos.

fabiancocq dijo...

mas raro aún porque yo puedo comentar sin demostrar que no soy un robot, y además soy un robot como bien todos los que me conocen se habran dado cuenta.
Y si sueño con ovejas. :B.

buena reseña.

chamico dijo...

¿viste anónimo? ahora que volví a configurar mis comentarios para que no pidan números ni letras el robot nómade se toma mi ventana de comentarios!

cesar andre dijo...

qué buena reseña, me anima a ver la película y sobre todo leer el libro (como dices que es corto, jojojo)

oye, ¿en serio una nouvelle tan corta aborda tanto? qué bacán