martes, 2 de septiembre de 2014

Tehanu (cuarta novela del ciclo de Terramar)

Cuarta novela de la saga, o primera de la segunda trilogía (según algunxs entendidxs), al momento de su publicación provocó halagos y alegos por igual. Ambientada también en el archipiélago de Terramar, fue publicada 17 años después de las primeras tres novelas, y su ritmo es distinto, sin duda. Extrañamente, es la que he leído más rápido de las cuatro primeras.

No me leí esta edición, pero es la portada que encuentro más bonita.
Nuestra protagonista es Tenar, a quien habíamos conocido en Las Tumbas de Atuan (segundo tomo de la saga), quien vuelve a la soledad a causa de su viudez reciente. Sin explicárselo, sólo por instinto, comienza a hacerse cargo de una niña malherida encontrada en las afuera del pueblo. Therru (como Tenar llama a la niña) fue golpeada, violada y posteriormente quemada, en un intento infructuoso por matarla, perpetrado por sus padres y otro hombre. Es duro, pero ninguna sorpresa en los tiempos que se viven en toda Terramar. La crisis de la magia y el equilibrio a la que asistimos en La Costa Más Lejana (tercer tomo) ha hecho estragos por doquier, y la isla de Gont (donde sucede nuestra acción) no es la excepción. Al a niña se le quemó la mitad de su cara y perdió un ojo, causando rechazo entre las personas a causa de su aspecto (popularmente se cree que algo o alguien violentado por el mal es malo también).

Asistimos a la vida cotidiana de Tenar, quien mientras lidia con Therru y su sanación (física y espiritual) debe hacerse cargo también de la muerte del mago Ogion (maestro de ella y Ged, aunque brevemente, en ambos casos) y el regreso de Ged, quien cerrando la brecha que separa el mundo de la vida con el de la muerte ha quedado muy dañado. Así, mientras Therru y Ged deben aprender un poco de resiliencia, Tenar se cuestiona muchos asuntos, en general concernientes a la regimentación del poder en el mundo de Terramar, eminentemente patriarcal. Esta sociedad subordina a las mujeres de distintos modos, llamando la atención particularmente su relación con la magia. Las mujeres sólo pueden aspirar a brujas, negándoseles la entrada a Roke, la escuela de magia del archipiélago, y por ende limitando su poder (precisamente, la imagen de la bruja, que en tomos anteriores había sido representada superficialmente, tiene un papel importante en esta novela, sobre todo en el personaje de Musgo, la bruja que se constituye en amiga de Tenar y Therru). Esta organización social se vive como natural por todos y todas, excepto por Tenar, quien a causa de su pasado como sacerdotisa en la oscuridad de las Tumbas de Atuan, así como su presente de extranjera (su color de piel es distinto al común en Gont) tiene una visión comparativa que la hace cuestionar el orden imperante e incluso pensar en otras formas de vivir:

'Will you be about the house?' she asked him, across some distance. 'Therru's asleep. I want to walk a little.'
'Yes. Go on,' he salid, and she went on, pondering the indiference of a man towards the exigencies that ruled a woman: that someone must be not far from a sleeping child, that one's freedom meant another's unfreedom, unless some ever-changing, moving balance were reached, like the balance of a body moving forward, as she did now, on two legs, first one then the other, in the practice of that remarkable art, walking...

Traducción libre:
'¿Vas a estar por acá en la casa?' le preguntó, a cierta distancia. 'Therru está dormida. Quiero caminar un rato.'
'Sí. Anda,' dijo él, y ella anduvo, reflexionando sobre la indiferencia de un hombre en torno a las exigencias que guían a una mujer: que alguien no debe estar lejos de un niño dormido, que la libertad de uno significa la esclavitud de otro, a menos que se alcance un siempre-cambiante equilibrio móvil, como el balance de un cuerpo moviéndose hacia adelante, como ella hacía ahora, sobre dos piernas, primero una luego la otra, en la práctica de un arte extraordinario, caminando...

Algunas críticas que leí luego de terminar el libro alegan un negativo cambio de ritmo en esta novela con respecto a sus precedentes, repudiando la escasez de magia y la abundancia de emoción-sensibilidad que impregnan la obra, pues esta narrada desde un punto de vista femenino. Yo no estoy de acuerdo con estas críticas, puesto que si bien en este libro la protagonista indiscutida es Tenar, en todos los tomos del ciclo la emoción y la sensibilidad tienen un papel importante, la maduración y el crecimiento son una de sus características más notorias, así como el elaborado desarrollo interno de sus personajes (que no son unidimensionales, se equivocan y aprenden en una búsqueda de equilibrio constante).

Portada de Tehanu en el "The Earthsea Quartet", la edición que leí.
1993. Penguin Books, London.
Si bien el final de la novela es algo precipitado, no deja de ser satisfactorio. Aunque ahora me domina una ansiedad suprema por leer los dos tomos que siguen: Cuentos de Terramar y En el Otro Viento, los cuales conforman el segundo ciclo de la saga, más feminista al parecer (¡qué maravillosa oxigenación para la literatura fantástica!).

1 comentario:

Fractálica dijo...

No leí esto porque no quiero spoilearme. Solo venía a decir: hola, he vuelto a estas andanzas (: