martes, 23 de abril de 2013

El origen de las Actas Vampíricas Latinoamericanas

En un viaje, de paso por Valparaíso, me reencontré con el gato de mi familia, Cochocho. Nos sentamos a disfrutar del sol que se acerca al ocaso, su calorcito inyectándose en de nuestras pieles, lentamente. Ello era posible porque grandes ventanales nos protegían del viento exterior, permitiendo que la tarde y su agasajo ingresaran en justa medida. En medio de esa modorra, un torrente de imágenes comenzó a discurrir en mi cabeza: vaporosas visiones como expelidas de una tetera hirviente. Vi al gato escribiendo, aprovechando cada momento de soledad (que no eran pocos), escribiendo también debajo de las camas, dentro de los armarios. Sin que nadie se diera cuenta en la casa, Cochocho se había contactado con personas del medio literario y había publicado su primera novela: Biografía-Social de un Vampiro. El éxito del relato lo llevó a planear una trilogía, que por razones comerciales derivó en diez títulos agrupados bajo el nombre de Actas Vampíricas Latinoamericanas. Su carismático protagonista, anti-héroe de más de cuatro mil años, coqueteaba con el bien y el mal desde sus orígenes en la zona andina, anteriores al imperio incaico, específicamente en Chavín de Huántar. Su nombre es Pucara, el vampiro andino. Las imágenes dejaron de sucederse y tuve el rostro de Cochocho frente al mío, con sus ojos pidiéndome no revelar su secreto, pues no estaba dispuesto a pagar el precio de la fama ni el de la ciencia. Entonces el sol se ocultó y nos impregnó la oscuridad.

1 comentario:

Pájaro Verde dijo...

Gustaría conocer la obra de Cochocho. Tantas veces le he visto y jamás habría imaginado su astucia.