Hoy desperté abatido, dudando de mi existencia en esta realidad tan charcha. La rabia invadía mi corazón cual Katie Kaboom.
Con dificultad me desenredé de las sábanas, tragué mi huevo a la copa y bebí un té francamente insalubre. Luchando por no sucumbir ante la desesperación, agarré mis zapatillas y partí al gimnasio, al cual no iba hace casi una semana. Luego de una rutina de ejercicios de hora y media me abrí como después de meses esperando dentro de una crisálida de tedio y desesperanza. Así es, yo que tanto pontifiqué sobre la mente, yo que apenas me podía mi cabeza y arrastraba mis pies por los fangosos caminos del intelecto, comencé a exudar endorfinas. Y acá estoy ahora, trabajando de lo más bien, con un futuro prometedor por delante y una mente relajada y lista para escribir, escribir, escribir lo que tengo que escribir.
Con dificultad me desenredé de las sábanas, tragué mi huevo a la copa y bebí un té francamente insalubre. Luchando por no sucumbir ante la desesperación, agarré mis zapatillas y partí al gimnasio, al cual no iba hace casi una semana. Luego de una rutina de ejercicios de hora y media me abrí como después de meses esperando dentro de una crisálida de tedio y desesperanza. Así es, yo que tanto pontifiqué sobre la mente, yo que apenas me podía mi cabeza y arrastraba mis pies por los fangosos caminos del intelecto, comencé a exudar endorfinas. Y acá estoy ahora, trabajando de lo más bien, con un futuro prometedor por delante y una mente relajada y lista para escribir, escribir, escribir lo que tengo que escribir.
2 comentarios:
Me acuerdo de la alquimia.
La mente es aire, pero uno necesita tierra que es lo de las sensaciones físicas.
El agua creo que es el sentimiento.
y el fuego la pasión.
Igual estoy chamullando, pero es rico tirarse un chamullo de repente. (el chamullo es madera D: )
jeje
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