lunes, 21 de diciembre de 2015

dónde está la calmeichon

La ansiedad me genera ansiedad. Intelectualmente tengo clara la pilícula, y ni siquiera estoy estresado, pero las sensaciones corpóreas de la ansiedad se siguen avalanzando sobre mi pecho. Creo que la ansiedad me da ansiedad, el temor de experimentarla me pone ansioso, así como la mala actitud de pensar es-será eterna. Círculo extraño, difuso. Dónde venderán nervo-calm, dónde hallar a un maestro-a budista que me enseñe a soltar. Tengo miedo de morir, de caer, de no poder respirar con calma otra vez.
Entonces me digo que me faltan sueños, me falta creer y crecer. Me cansé del estancamiento, quiero liberarme, cantar, dibujar, contar historias. Enamorarme diariamente, sorprenderme, callar, entregar, llorar, reír. Queda tanto por hacer, me quiero sacudir el polvo, desnudarme, abandonar mis viejos ropajes. Emborracharme de visiones, ser en el mundo otra vez, creer en mí. Puedo ser más que este malestar, ya lo soy... no se me tiene que olvidar.

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