martes, 19 de octubre de 2010

recado al fundamentalista místico

"I really envy christians
i envy muslims too
it must be great to be so sure"

Robert Wyatt, Be Serious.

Talibán 13:20 de consecuencia salvaje, hombre topo de una urbe subterránea: la luz continúa cegándote a pesar de tus bosquíferos pasos y despiertas constelaciones, donde otros verdes guerreros de la consciencia ignoran como moscas al vulgo maquinal, construyendo ruralidades exclusivas y reproduciendo el desdén.

Perdóname por usar reloj, por no separar mi basura en el bloque de departamentos, el camión es uno solo. Lo siento por no atravesar el río contigo, nunca tuve los medios para ir a la playa o el campo y aprender el chapoteo profesional, los nombres de las especies vegetales, los cantos de aves, ni mucho menos a reikizarme y trancear al sóngoro cosongo.

Te despediste de la corporalidad, ahora vegano y reformador social. Espantaste la moral cristiana no superándola sino omitiendo las culpas. ¡Qué maravillas hace el yoga y el yoghurt light sobre tu maltrecho cuerpo! Semana sobre semana purificándose de tanta sombra que maya interponía en el camino. Ahora brillas en sociedad, blanco pañuelo lleno de luz que fluye por las blandas calles de la ilusión.

Llegando a casa te sacas los zapatos con los que flotas y tomas tu cetro, despótico dictador de la iluminación: ¡Callen y escuchen! -gritas, mientras impulsos cantarinos te conducen a un campo de tiro en donde te bañas de Ganges y Zapatismo ilustrado. Tus dientes caen pero la debilidad permanece Lao Tsé, y apaciguas la ira que inunda tu corazón envolviendo con una frazada de ampolletas Al Gore rítmicas tus infantiles negligencias.

Nunca tan distintos, ambos somos targets de la industria cultural, ¡es la consciencia en la época de su reproductibilidad técnica! Por lo menos coincidimos en eso, y en fumar marihuana.