Llevaba seis meses sin trabajo, con el
estrés diario de pagar las deudas y conseguir alimento para mi hijo, de 2 años.
De repente mi cabeza hizo crac y me llevaron a la psiquiatra. Esta me dijo que
para mejorarme debía consumir ciertos medicamentos apropiados para mi estado
actual. Lamentablemente, ya me endeudé yendo a su consulta, pensar en adquirir
los medicamentos son palabras mayores, así que me puse las pilas y encontré
trabajo. Pasó un mes y recibí mi primer sueldo, que no era mucho pero estaba
bueno para ir tirando, con mayor tranquilidad, aunque la receta médica se había
vencido. En todo caso ya me sentía mejor, tenía trabajo y mi vida emocional
estaba en armonía, pero de todas formas volví a la consulta y todo mal, al parecer estoy
negando mi enfermedad, he bloqueado mi malestar, de repente voy a explotar y mi
cabeza va a hacer paf, que es mucho más grave que crac. Entonces me dio otra
receta y fui a la farmacia, rapidito, asustado de que me venga el paf justo ahora que todo pinta tan bien. Allí me dieron el mentado medicamento que tanta
falta me hace, en palabras de la doctora. Fueron pasando los días y me puse un poco
lerdo, primero boté algunos vasos, luego pasé de largo tres semáforos en rojo,
arriesgando a mi familia, que quedó muy asustada y preocupada por mí. No se preocupen, que me estoy medicando, todo va a estar bien, eso dijo la doctora. La semana siguiente me quedé dormido y no llegué al trabajo
hasta las doce del día, entonces mi jefe amenazó con echarme si aquello se repitiera. Pasaron un par de meses y noté que estaba gordo, había
subido 15 kilos en muy poco tiempo, cómo es que nadie me avisó. También algo sucedía con mis estados de ánimo, sin explicación estaba iracundo, reaccionando
exageradamente ante cualquier broma de mi mujer e hijo, llegando incluso a la
violencia física. A los tres meses ya estaba solo, mi familia me abandonó y además
perdí mi empleo, pero mi nuevo peso me parece saludable (siempre me acusaron de flacura crónica, ahora soy un gordo normal) y todavía me quedan pastillas, así que por lo menos de la
cabeza estoy bien, eso sí, gracias doctora.
1 comentario:
Matasanos les decía mi abuela. :P
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