domingo, 7 de noviembre de 2010

rastaparagua

Así es, el jamming de nuestras palabras nos encuentra frente al dealer de la espiritualidad. Aquí el paragua’ se abre en flor como un corazón doko lleno de aire calcinado. Por algo nos reunimos en este muladar luego de caminar senderos de luz alógena: teníamos que bailar y escupir sobre los zapatos de nuestros mayores para comprender que somos las mismas bestias de la infancia excluídas en la mesa del pellejo, callejeando y vaciando los bolsillos en busca del desdichado pelpa que nos saque de esta pana. Rojo, amarillo y verde son los colores de nuestro reino, somos isla, somos plantas. ¡Aah esa planta! cuánta paz, cuánto ver más allá del sucio asfalto y sus renacuajos.

¡Manifiéstate con una monea po', Janis Joplin macho!

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