lunes, 23 de febrero de 2015

Contacto, de Carl Sagan

Finalmente leí este libro de 1985, escrito por el famoso divulgador científico Carl Sagan. Si bien no soy conocedor ni fan de la ciencia ficción dura (aunque he leído uno que otro Arthur C. Clarke o Robert Heinlein), este libro me hizo gozar más que la película basada en él, que vi a mis pendex 11 años. La primera sorpresa fue el carácter feminista del relato, evidenciado nada más comenzar la lectura, mediante su protagonista, Eleanor Arroway, quien desde niña mostraba fantásticas aptitudes para la ciencia y el escepticismo.

Plaza & Janés 1991
442 páginas
Traducción de Raquel Albornoz
Marcada por la temprana muerte de su padre, Ellie se erige como una joven inteligente e idealista, con tendencias políticas contra la guerra y doctorándose en radioastronomía con una tesis sobre el máser de rubí, que permitió a los radiotelescopios aumentar notablemente su sensibilidad. Luego, a pesar de recomendaciones contrarias, va a trabajar en el SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence) en lo que para algunos fue un suicidio profesional en tan promisoria científica. Sin embargo, luego de un largo tiempo de búsqueda y ad portas del cierre de la investigación llega una señal desde la estrella Vega. Se trata de números primos (inencontrables en la naturaleza) que traían un mensaje.

Después de un tiempo se logra decodificar el mensaje y los científicos del mundo (ahora el proyecto se ha vuelto transnacional, pues era imposible recibir la señal proveniente de Vega desde un solo país) descubren que se trata de instrucciones para construir una máquina, aunque no se sabe con qué finalidad ¿una nave, un dispositivo de comunicación, un caballo de troya, el arma del juicio final?

Las implicancias políticas de construir la máquina son importantes, y los países más poderosos quieren formar parte del proceso (recordemos que el libro fue publicado cuando aún estábamos en la guerra fría). Así, se decide construir dos máquinas, una en Estados Unidos y otra en Rusia, aunque no todo termina allí... A decir verdad, en la película todo es bastante gringo, omitiendo uno de los elementos más destacados de la novela, que es el diálogo cada vez mayor entre las naciones, primero mediante sus científicos y luego mediante toda su población a través  del maquiefecto. Precisamente, este concepto es clave, puesto que la revelación de una inteligencia extraterrestre cambia notablemente la vida en la tierra, propiciando incluso el desarme nuclear.

Otra diferencia importante es que en el libro viajan cinco tripulantes, representantes de Estados Unidos, la India, Nigeria, China y la Unión Soviética, mientras que en la película sólo viaja Ellie. Un cambio entendible para simplificar la trama, aunque una pérdida importante de los cuestionamientos morales y éticos de la novela. Acá va uno a modo de ejemplo (y sin spoiler):

El vuelo espacial  [...] es subversivo. La mayoría de los que tienen la suerte de encontrarse en la órbita de la tierra, al cabo de cierta meditación, comparte los mismos pensamientos. Los países que instituyeron el vuelo espacial, en gran medida lo hicieron por razones nacionalistas; sin embargo, se daba la ironía de que casi todos los que ingresaban en el espacio adquirían una sorprendente perspectiva transnacional de la Tierra como un único mundo (pág 286).

Lo que ocurre luego es fascinante y me lo guardaré para comentar con quienes lean la novela (no quiero aguarle la fiesta de leer a nadie), que está llena de sorpresas y una promoción evidente hacia el entendimiento mundial. Sin duda, este es otro caso de superioridad del libro frente a su adaptación cinematográfica (que no es mala, pero se echan de menos muchas cosas, como que haya una presidenta de los Estados Unidos, lo que no era ningún chiste para Sagan, feminista según he leído por allí y según creo luego de leer su novela).

A modo de bonus track, les dejo un video con una especie de mesa redonda entre Stephen Hawking, Carl Sagan y Arthur C. Clarke, en la cual hablan de varios temas científicos interesantes -al menos para los neófitos como uno- y aparece la famosa declaración de Hawking sobre su rechazo a un contacto con extraterrestres (que volvió a ser novedad hace un par de años, no recuerdo por qué) en el minuto 27:51.

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