jueves, 26 de febrero de 2015

contra mi propio desaliento

A veces mi escritura se desanima porque creo que todo ya fue escrito o dicho de forma mejor. Es algo negativo, pero inevitable, supongo, luego de leer tanto texto literario o académico. Por ejemplo, esta cita me dejó meditabundo:
¡razón!, ¡autoconservación!, ¡pesimismo del intelecto, optimismo de la voluntad! (Susan Sontag)
Es de un cuento nomás (como si eso le quitara mérito, nada que ver), pero me llegó profundamente. También me motivó a seguir intentándolo en todo ámbito, pese a la tristeza y el desaliento que me atrapan en sus cochinas y pantanosas redes.

Pero no todo es tan negativo, es parte de mi personaje interno y social. La verdad me cuesta entender mis sentimientos en general, creo que no sé leerme a mí mismo. Sufro por los plazos que se acercan al límite, pero tampoco tanto. Tengo facilidad para ignorar mis obligaciones, sin embargo pienso cumplirlas -y hasta ahora siempre lo he hecho-. Tal  es mi pseudo-responsabilidad. No puedo huir de ella, invade distintas esferas de mi ser y hacer. Y si he logrado atreverme con la escritura ficticia - que es improducente-, por qué no hacerlo con la académica, que al menos me otorgará una credencial para moverme en el despiadado mundo social de la adultez (¡otra ficción!).
Maturity is a bitter disappointment for which no remedy exists, unless laughter can be said to remedy anything (Kurt Vonnegut)
Alla voy, pues, listo para entrar al laberinto y cantar.

El otro día, con las cartas de un juego (llamado Dixit), nos tiramos la suerte. 
Esto me salió cuando pregunté por mi relación con la escritura.

1 comentario:

fabiancocq dijo...

Dicen que el éxito, sea cual sea el que se quiere, depende sobretodo de la persistencia.
:)